"Los pescadores dijeron a don Alaistair que ellos se levantaban cada noche, mucho antes del alba, y se metían mar adentro y echaban sus redes mientras el sol se alzaba en el horizonte, y que ésa era su vida, y que esa vida les gustaba, pero que remar era la única parte jodida de todo el asunto:
― Remar es lo único que odiamos ― dijeron los pescadores.
Entonces don Alaistair les explico que la máquina de remar servía para hacer gimnasia.
― ¿Para hacer qué?
― Gimnasia.
― ¡Ah! Y Gimnasia, ¿qué es?"
Eduardo Galeano, "El libro de los abrazos"
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