Se cierne una sombra esperanzadora sobre su amor, delirio acaso fútil que vacilando sobre el fino alambre invisible amenaza con caer en la destrucción, o en el olimpo.
La rueda lleva ya girando un buen tiempo, antes de que empezaras tu a andar. Puedes elegir intentar pararla, subirte a ella y girar al mismo ritmo, o marcar tu ritmo en equilibrio. Hagas lo que hagas, lo que ya ha rodado, rodado quedará.