El cielo todavía está gris, un gris pálido, traslúcido que no deja ver más allá de lo que nuestros ojos decidan ver cuando están abiertos, pero si los cierro entonces veo por qué he venido y por qué estoy aquí, aunque muchas cosas parece que hayan cambiado y parece que ya no soy el mismo ¿es cierto que he cambiado? ¿o es mi percepción de lo que pasa a mi alrededor la que es diferente de lo que era antes? posíblemente una mezcla de ambas ejerce influencia sobre mi y moldea mi carácter, mis actitudes, mis gestos, mi forma de pensar de una forma casi imperceptible, pero están ahí y lo cierto es que hay muchos de esos "nuevos" aspectos que no me gustan, que realmente detesto, y sin embargo cuesta desterrarlos porque las nuevas inercias adquiridas pesan más que la voluntad de frenarlas, a veces siendo necesario enfrentarse contra uno mismo y también contra el sistema, el cual nunca o casi nunca te lo pone fácil y te viene a decir "o estas conmigo o contra mi", no hay término medio en esta discusión porque si lo hubiera, el sistema tendría que admitir que se equivoca muchas veces lo cual no es una opción ya que cuesta mucho dinero y más aún enmendar errores y lavar trapos sucios.
Hay que aprovechar las oportunidades que se presentan.
La mayor parte de las veces no vuelven a presentarse después de esa una primera vez.
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