Resulta al menos alentador que siga habiendo voces objetoras, de esas que en muchas ocasiones claman más con el corazón que con la razón. Pero es que somos seres viscerales, al fin y al cabo. El equilibrio es frágil, pero resiliente.
La rueda lleva ya girando un buen tiempo, antes de que empezaras tu a andar. Puedes elegir intentar pararla, subirte a ella y girar al mismo ritmo, o marcar tu ritmo en equilibrio. Hagas lo que hagas, lo que ya ha rodado, rodado quedará.
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