Los domingos por la mañana son diferentes unos de otros. Algunos son de color azul, mientras que otros resultan amarillos, verdes, rojos, negro rosado. Aunque los mas misteriosos son los que resultan sin un color definido. Se estiran y se encogen, destellos espurios asoman como chispazos, breves que no da tiempo a que se moldeen en un color determinado. Tampoco se puede decir que sean incoloros, pues no lo son. Es mas bien una nebulosa
Cuando toca vivir uno de esos días, puede resultar la mayor de las aventuras. Pero se corre el riesgo siempre de despreciarlo e ignorarlo al no entender lo que está pasando, al sentirse en un océano desconocido que descoloca la mente y el espíritu.
Lo que la vida me ha enseñado a lo largo de las experiencias vividas es que en estos casos, lo mejor es inventarse un nombre para esos días. Por ejemplo, "Brotes".
Este será mi día hoy.
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