Muere Javier Marías, escritor clave de la literatura en español
Muere Javier Marías a los 70 años, el mejor novelista español de su generación
Vamos avanzando en la Retórica, de la cual algo quedará en el conocimiento, pues es un texto que habría que leer varias veces para poder entenderlo, interpretarlo, aplicarlo.
Pensadores - lectores - actores
La mayoría de las veces no se puede saber el sentido en el que se desarrollaran los acontecimientos. Quién iba a decir allá por el mes de Octubre del año pasado, que ahora nos encontremos decidiendo que libros se quedan aquí y cuales se empacan para llevarlos a poblar nuevas estanterías, qué son por otro lado viejas tablas conocidas de otras vidas.
La siguiente aventura se aproxima; el resto queda como fueros flotantes.
En uno de esos momentos bonitos de cada día, a veces raros por lo escasos que son, pero bellos por su intensidad
Les débordements du genre, l’autoportrait en vert, envers et contre tout…
Leyendo y descubriendo, la Lucha Por la Vida, la trilogía del Madrid de finales del XIX y comienzos del 1900. La Busca, Mala Hierba, Aurora Roja. Hace dos años que terminé de leer la primera parte - La Busca -. Me encuentro ahora deleitándome con Mala Hierba, saboreando cada página, cada imagen, cada historia.
Hace algunos años que tomé la decisión de abordar a los clásicos mas lejanos y mas cercanos. Hoy todo el mundo escribe, pero sólo una pequeña parte llega a escribir algo que merezca la pena ser leído.
Por el momento, Pío Baroja. Después, ya se verá.
Vivo en una ficción de mi mismo. El ser consciente de ello me otorga una ligera ventaja sobre los demás, excepto para con los genuinos y auténticos. Necesito encontrar un motivo, un por qué. En cuanto lo haga, las palabras que formen la historia fluirán solas.
Mientras trato de ir avanzando en la lectura de varios libros, en estos momentos tengo cuatro comenzados a los que dedico más o menos tiempo a lo largo de los días, la pregunta "¿qué vas a hacer con tanta lectura una vez terminada?" no deja de repiquetear dentro de mi cabeza. Hace algún tiempo comencé una pequeña libreta de anotaciones, citas, pensamientos que van surgiendo sobre este o aquel libro que cae en mis manos.
Sin embargo me doy cuenta que las habilidades que quizás alguna vez tuve, o que alguna vez trate de desarrollar, en cuanto a escribir, se van encogiendo como una flor a la que se deja de regar regularmente.
Ideas no faltan; tiempo y espacio se puede encontrar, ¿pero entonces, que ocurre? La garra está ausente; esa es la razón.
A partir del mes septiembre comenzará otra etapa, una nueva gran aventura donde nada esta escrito pero con la creencia de que el horizonte se presenta definido. Nada más lejos de ser verdad. Ahí reside la belleza de lo desconocido. Para mi familia, mi mujer mis hijas, para mi mismo. Ahí esta la garra que falta. Esta bitácora adquirirá una nueva dimensión.
Poco a poco la mente va asimilando lo que vendrá a ser una nueva situación. Catalizadora de ideas y de actitudes, promotora de nuevos pensamientos, sugiere que el comportamiento deba cambiar para poder abordar una nueva aventura de la vida.
Maravillosa oportunidad la cual no se debe desperdiciar, sino que hay que abrazarla y estar dispuesto a amoldarse sin titubeos. Un estímulo que sin duda alguna servirá para mantener afiladas la pasión por exprimir la vida al máximo.
Allá vamos.
Reflexionando llego a la conclusión, necesaria por otro lado, de dar una vuelta de página a esta bitácora. La razón, se avecina un cambio de rumbo, un viraje hacia mundos por descubrir, incluso adentrándose en tierras presumiblemente conocidas.
Esto require una perspectiva diferente, una mirada desde otro ángulo para abordar lo que sin duda alguna será una nueva gran aventura de la vida.
Con la mezcla de fascinación y temor hacia lo desconocido, veremos hacia dónde nos llevarán la corriente, los vientos, y los caprichos del timón.
Retomando la actividad después de cierto tiempo, se aproxima tiempos en los que será complicado navegar, puesto que las cartas no están dibujadas.
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.