La mayoría de las veces no se puede saber el sentido en el que se desarrollaran los acontecimientos. Quién iba a decir allá por el mes de Octubre del año pasado, que ahora nos encontremos decidiendo que libros se quedan aquí y cuales se empacan para llevarlos a poblar nuevas estanterías, qué son por otro lado viejas tablas conocidas de otras vidas.
La siguiente aventura se aproxima; el resto queda como fueros flotantes.
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