Rozando con los dedos
la vida, al descubierto
ante unos ojos abiertos,
insondables en su negrura
luminosa. Una guerra inconsciente
para la que no sabe que
ha sido guerrera toda
la vida, larga en su brevedad
intensa buscando un descanso
al que se resiste abandonar
se.
La rueda lleva ya girando un buen tiempo, antes de que empezaras tu a andar. Puedes elegir intentar pararla, subirte a ella y girar al mismo ritmo, o marcar tu ritmo en equilibrio. Hagas lo que hagas, lo que ya ha rodado, rodado quedará.
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