El anciano gran maestro cogió un solo fideo corto
escuálido y huidizo sin que temblor alguno asomara
en el fino extremo de sus palillos.
Su párvula discípula apenas le prestó atención,
concentrada como estaba en atrapar sus propios fideos
Como ella, el anciano gran maestro deslizando una mirada
recordó que también empezó cazándolos con la punta de sus dedos, hace ya muchos años.
La rueda lleva ya girando un buen tiempo, antes de que empezaras tu a andar. Puedes elegir intentar pararla, subirte a ella y girar al mismo ritmo, o marcar tu ritmo en equilibrio. Hagas lo que hagas, lo que ya ha rodado, rodado quedará.
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