Son innumerables, a veces ni yo mismo me las creo pero de alguna forma encuentran la manera de abrirse paso y convencer a mi subconsciente para que deje de hacer, o haga lo que a sabiendas no es lo adecuado.
Sigo leyendo pero a un ritmo mucho más lento de lo que y mismo me esperaba a estas alturas del año. Quizás suene un tanto decepcionante, pero es una realidad a la que ya me he hecho cargo.
Mientras tanto, escribo. Poesía, citas, relatos, mi primera novela, teatro está por llegar, lo tengo en mente. Lo importante en estos casos, a mi modo de ver, es romper con la primera línea, y dejar que la tinta discurra libre. Al fin y al cabo, las palabras en muchas ocasiones fluyen mas veloces que los pensamientos que las originan.
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