Ocurre que con frecuencia las personas ocultamos varias moralidades en nuestro interior. Dependiendo de las circunstancias dejamos ver una u otra. Es como si tuviéramos una colección variopinta de tarjetas de visita de nosotros mismos, las cuales vamos repartiendo a las diferentes personas que se cruzan en nuestras vidas.
Lo fascinante del tema, es que nuestros registros son capaces de guardar la memoria sobre todas estas personas, a las cuales damos trato con el rasero que [nosotros juzgamos] se merecen...
La rueda lleva ya girando un buen tiempo, antes de que empezaras tu a andar. Puedes elegir intentar pararla, subirte a ella y girar al mismo ritmo, o marcar tu ritmo en equilibrio. Hagas lo que hagas, lo que ya ha rodado, rodado quedará.
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