Entramos en un periodo de absurdez. Cuando Buñuel y sus contemporáneos se juntaban en un café para hablar del surrealismo, ya sabían que éste era la verdadera realidad. Eran unos genios que vivían, y dejaban vivir.
Por eso se pudieron permitir el lujo de ser inflexion estando al margen. Excepto de ellos mismos.
La rueda lleva ya girando un buen tiempo, antes de que empezaras tu a andar. Puedes elegir intentar pararla, subirte a ella y girar al mismo ritmo, o marcar tu ritmo en equilibrio. Hagas lo que hagas, lo que ya ha rodado, rodado quedará.
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