La rueda lleva ya girando un buen tiempo, antes de que empezaras tu a andar. Puedes elegir intentar pararla, subirte a ella y girar al mismo ritmo, o marcar tu ritmo en equilibrio. Hagas lo que hagas, lo que ya ha rodado, rodado quedará.

domingo, 22 de mayo de 2016

Hornos

Bordeando el Cabo de Hornos vimos el fuego. Una llama única, azulada que se elevaba unos ciento cincuenta metros por encima del castillo de popa. Entonces, cuando todos nosotros nos habíamos vuelto para admirar aquella lanza misteriosa, el mundo se paró. Un silencio atronador envolvió al viento. Las velas quedaron hinchadas pero ya no se escuchaban sus latigazos de ira. La manta de agua que estaba a punto de envolver la amura de babor se congeló sin culminar su abrazo gélido. Corrí entonces a mi camarote. Y vi el cuadro, y el barco dio un bandazo rasgando las velas y partiendo el palo mesana. La fuerza del mar salió de él y me golpeó en la cara, haciendo que mis ojos se cerraran de forma refleja, sumiendo todo en la oscuridad.

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